10 octubre 2006

Solo

Ya había caído la primera gota del Diluvio y todas las parejas de todas las especies se hacían arrumacos apretujados en el Arca cuando la Señora de Noé le dijo a su esposo: "No cuentes conmigo en esta locura". Resignado, Noé cortó amarras dejando a su mujer en tierra firme. Así, nuevamente, El hombre volvió a estar solo.